miércoles, 29 de octubre de 2014

Desde mi duermevela.



A pesar de tanto recorrido. A pesar de querer y de tanto quererlo... Y a pesar de haberlo triturado, amasado... A pesar de tanto bueno. Tengo que volver a repetir "Tranquila, mi vida... siete vidas tiene un gato. Tranquila, mi vida..." algún rato dirás que todo ha pasado. Ahora no. Ahora aún se sucede. Son los baldeos de este ahora que duran todos los ahora que se precisan para roturar todavía más surcos que hoy se me antojan estériles. 

Y siempre, como siempre, como si solo me quedara la última vida... empiezo mi particular duermevela. 

Centinela de la luna...  Pero a tu lado.

lunes, 28 de julio de 2014

Más o menos... viene a ser algo así.




"Ya no tengo paciencia para algunas cosas, no porque me haya vuelto arrogante, sino simplemente porque llegué a un punto de mi vida en que no me apetece perder más tiempo con aquello que me desagrada o hiere.
No tengo paciencia para el cinismo, críticas en exceso y exigencias de cualquier naturaleza.
Perdí la voluntad de agradar a quien no agrado, de amar a quien no me ama y de sonreír para quien no quiere sonreírme.
Ya no dedico un minuto a quien miente o quiere manipular. Decidí no convivir más con la pretensión, hipocresía, deshonestidad y elogios baratos.
No consigo tolerar la erudición selectiva y la altivez académica. No me ajusto más con la barriada o el chusmerío.
No soporto conflictos y comparaciones. Creo en un mundo de opuestos y por eso evito personas de carácter rígido e inflexible.
En la amistad me desagrada la falta de lealtad y la traición.
No me llevo nada bien con quien no sabe elogiar o incentivar.
Las exageraciones me aburren y tengo dificultad en aceptar a quien no gusta de los animales.
Y encima de todo ya no tengo paciencia ninguna para quien no merece mi paciencia". (Meryl Streep)


Voy por el mundo "a pelo"... Sé que no debería abandonar la medicación. Pero también sé que cada vez me anula más la capacidad de discernimiento, las lágrimas para llorar de amor, el enfado "sano" para denunciar tanto dolor... 

Voy "a pelo"... como una bebita... jugando con una pelota de plástico o dejando que la pelotita en cuestión me arranque la mejor de mis sonrisas. 

Voy "a pelo"... Veremos cuánto aguanto.

jueves, 3 de julio de 2014

Aprender a primerear.


Evangelii Gaudium. Me gusta, lo entiendo, me da paz... Me ha devuelto la ilusión. Anoto lo que me más me ha impactado durante el inicio de la lectura de esta exhortación apostólica  del Papa. 

"El sembrador, cuando ve despuntar la cizaña en medio del trigo, no tiene reacciones quejosas ni alarmistas. Encuentra la manera de que la Palabra se encarne en una situación concreta y dé frutos de vida nueva, aunque en apariencia sean imperfectos o inacabados".

"Una pastoral en clave misionera no se obsesiona por la transmisión desarticulada de una multitud de doctrinas que se intenta imponer a fuerza de insistencia. Cuando se asume un objetivo pastoral y un estilo misionero, que realmente llegue a todos sin excepciones ni exclusiones, el anuncio se concentra en lo esencial, que es lo más bello, lo más grande, lo más atractivo y al mismo tiempo lo más necesario"

"Santo Tomás de Aquino destacaba que los preceptos dados por Cristo y los Apóstoles al Pueblo de Dios «son poquísimos».47 Citando a san Agustín, advertía que los preceptos añadidos por la Iglesia posteriormente deben exigirse con moderación «para no hacer pesada la vida a los fieles» y convertir nuestra religión en una esclavitud, cuando «la misericordia de Dios quiso que fuera libre»."

Cada día leo durante un rato que se hace corto La alegría del Evangelio. A cada rato, un neologismo de este Papa que escribe como habla, en "argentino". A cada rato tengo la sensación de que hay temas que algunos - con buena fe- cosieron mal... y, con delicadeza, el Papa Francisco des-cose para "primerear"... " (...)la Palabra, que es eficaz a su manera, y de formas muy diversas que suelen superar nuestras previsiones y superar nuestros esquemas..." 

Nuestros -mis- esquemas, tan raquíticos y mal aprendidos... a pesar de que siempre quise ser una buena alumna.  Tan a "fuerza de codos". Des-aprender para aprender que "la evangelización tiene mucho de paciencia y evita maltratar límites", que "la Iglesia no crece por proselitismo sino "por atracción(Benedicto XVI)" y sale a los cruces de los caminos para invitar a los excluidos"... con "un deseo inagotable de brindar misericordia, fruto de haber experimentado la infinita misericordia del Padre"

Me quedan muchas páginas todavía. De cuando en cuando me quito las gafas y respiro hondo, con los ojos cerrados. Así, sin más perspectiva que  lo que veo -y cómo me veo- uno dice... "apaga y vámonos". Pero el Papa recuerda lo que el Señor le dijo a san Pablo: "Te basta mi gracia porque mi fuerza se manifiesta en la debilidad(2 Co 12,9)" 

"Repensar", dice el Papa. 




domingo, 22 de junio de 2014

Ella baila sola.



El corro de la patata, comeremos ensalada...  Mucho cuidado con el gluten y con las frutas rosáceas. Y daremos vueltas. Y recorreremos todo lo que nos afana hasta reventar. Y llegaremos al hogar casi sin aliento... el poco que resta impregna de vaho los cristales. ... Sentadita me quedé. Con cuidado, que estoy enmedio. Hoy no quiero hacer puré.


Y nos dieron las dos y las tres...

Prendo un cigarro y el mechero reza YO SOY ... lo que ves. Anda. No olvides las gafas. 


domingo, 4 de mayo de 2014

Tirar una pared.




Solo ha sido una pared... para que la república pueda entrar en la cocina mientras preparamos desayunos,  almuerzos, cenas... o una infusión. "Tú pelas patatas y tú -por favor- ¿prepararías una ensalada? Y yo apaño dos pollos enteros con muchas hierbas y pimienta, la justa para que no nos queme el paladar..." Pero las paredes, a veces, tienen vida interior. Se esconde el cableado que ilumina todas las estancias de la casa. Allí, tan escondida, se camuflaba la fuente de energía de lo que enfría, lava y blanquea, de lo que nos permite salir de nosotros mismos y hablarnos... escribirnos... Y tú me contases que sentías el olor a tierra mojada porque resulta que llovía, que te estabas doliendo y el teléfono no daba señal. 

Todo será mejor... más diáfano, más acogedor. Desde luego. Pero hay que respirar el polvo del derrumbe, prescindir de comer caliente, tomar café soluble... 

Sentada ahora donde se levantaba un muro, con las piernas estiradas -encogidas, dibujando una tijera hace tan solo una semana-, escribo, tomo un café recién hecho y fumo despacio - saboreándolo- un cigarrillo acabado de liar. Todavía falta pintar. Nada... Eso es solo un poco de maquillaje. El trabajo duro, el que deshace para volver a hacer, ya no se ve. Eso es. Más o menos viene a ser eso. A estas alturas, chapuzas las justas.  

Y a estas alturas quizá queda todavía bastante por desaprender. Chapuzas antiguas por el qué dirá tal o cual bienpensante... puñaladas traperas por detrás, que por delante lucen como si no... Ya ves. Y todo a propósito de una pared.




martes, 22 de abril de 2014

¿Graffitis en el callejón?



Tras cuatro años vuelvo a presentar papeles. Van a urgar de nuevo en la herida y no estoy preparada. Eso pensaba los días anteriores al martes santo.

Una terapeuta oficial examina el grado de sufrimiento. Su obligación es tomar la temperatura del dolor con un termómetro afilado. Toca el punto exacto. Y el líquido denso, blanquecino... empieza a brotar. Los dedos ejercen presión sobre la zona infectada... una vez, otra... Muchos años con cataplasmas y paños calientes que han enmascarado la diana. Muchos años dando palos de ciego. Y me olvido de quién tengo enfrente  durante casi dos horas de diálogo surrealista, incoherente, atropellado... Me olvido de que la doctora, en el fondo, solo me está examinando. Rebobino. Creo que ella también se olvidó.

Después del baldeo,  le cuento que a ratos me paseo por este Callejón. Sonríe... Me sugiere que compre spray y embadurne las paredes y los espejos. 

"¿Graffitis? ... No. Tanto, no. Tan grande, no".
"¿Por qué... de qué tienes miedo?"

(...)

Con o sin miedo, "No habrá paz para los malvados".



jueves, 27 de marzo de 2014

"Recuerdo aquella vez..."




"Recuerdo aquella vez que yo te conocí; recuerdo aquella tarde pero no recuerdo ni cuándo te vi..."

La recuerdo... más que el sueño a trompicones de ayer, que los arbustos recién plantados... recién regados de esta tarde, que el calor del cigarrillo consumiéndose entre los dedos mientras escribo. Recuerdo aquella tarde. Dicen que el primer encuentro no se olvida. Crucé la esquina que moría en el Callejón. Me dijo ven y empecé a caminar. Andar por andar. No sé cuántas horas... Llovía y no me mojé. Me mecí sola en el columpio de un niño chico. Arriba... abajo...arriba...abajo... Sabor a sal de un llanto guardado... hasta saciar la sed de la primera  ternura, de la primera infancia. Un llanto tan largo que creí haberlo agotado. 

La primera vez fue un conato del alma, un primer intento sin salida. El preludio. Sin saber que no eran más que las primeras puntadas de un traje hecho a medida. Esos falsos diseñadores de las primeras horas...

Recuerdo aquella tarde. Noche  cerrada cuando terminó... y regresé a la ¿realidad?

domingo, 23 de marzo de 2014

A ratos...





"I em dol 
i em crema,

però en el fons
sé que aquesta pena
és bonica 
i és tot el que tinc."











Es bonita. Me pertenece sin haberlo deseado... Es todo lo que tengo cuando solo la tengo a ella. Me asalta y me desvalija hasta que en mi oquedad gravita un eco conocido. Se activa cuando quiere y duerme a ratos.

Es bonita. Paradógicamente bella. Es todo lo que tengo... a ratos. Y a ratos solo ella me pertenece sin haberlo pedido... Es dulce si la derramo en otras penas de otros. Es suave si otros abren un boquete en la mía. Es antigua como mi primer amor de mentira; constante como el eterno ronroneo de las olas pequeñas del mar.

Sin haberla llamado... sin haberla querido... 




martes, 18 de marzo de 2014

Preludios de Primavera




A medida que alarga el día la luz se proyecta en baratijas. Alargo la mano y los destellos se escurren entre los dedos. 

Las calles amanecen como una riada de fantoches. Corren... Me da que no conocen la desembocaura.

El buen tiempo viste de pantalón corto y sudadera a quienes se obsesionan por su cuerpo. La delgadez extrema... belleza inventada por los sedientos de almas enfermas. 

Ya no existe el demasiado, ni los excesos... Abrazos, besos a medias... amor a medias. Palabras a media voz, lágrimas desaladas, sonrisas sin labios. A los del pico álgido les abren la boca... la intoxicación devuelve sus rarezas al pelotón de los humanos grises. No sé si es bueno amputar la mano que puede rozar el corazón lastimado. No sé si es mejor sentir que dormir con una brecha abierta...

Ser... o ser sin ser sentido. Sin tacto.

Con todo y a pesar de todo...Señor mío y Dios mío.

martes, 11 de marzo de 2014

Te presto mis dedos...



Navego poco por la blogosfera. Recalo en apartamentos recién alquilados, en casas con hipoteca y en caserones que ya se han librado de ella. El total no es mucho. Supongo que me falta tiempo. Pero el fin de semana pasado decidí hacerlo. Sorpresas de blogs donde alguna vez metí la nariz y han evolucionado... Lógico. Las personas no se quedan quietas y su escritura es el reflejo de sus propios cambios. Temas desde puntos de vista distintos, contrarios o complementarios.

El rumbo tenía brújula. Iba buscando algo concreto y encontré poco. No es bueno ni malo ni todo lo contrario. Simplemente es... una realidad. Concluyo que ellos no tienen blog.

Así que... te presto el mío. Ya me fijé. Los dedos los tienes agarrotados. Los pasos son lentos y escasos. La calle no es tu hábitat preferido. Ya te gustaría... pero luego la gente habla. "Qué buena cara tienes"... "Incluso has engordado"... "Oye...pero qué bien te veo"... Y el asunto es que en la cara no te duele nada... ni siquiera la punta de la nariz, que se resiente cuando hace frío. Tampoco cojeas... gracias a Dios... ya sería el remate.

Como no te ven demasiado, nadie te ha mirado... poca gente se ha molestado en interpretar tu retina...como ausente... Y la reacción que te produce cuando te hablan de aquellos alumnos, de aquellas aulas que ya no puedes volver a pisar. La pupila se dilata y el iris se enturbia.

A veces pienso que habría que tirar el refranero. Ya no se usa para resumir en pocas palabras toda la sabiduría popular. "Los ojos son el espejo del alma" . De tanto citarlo ha acabado por perder el sentido.

"Tengo miedo de tener miedo". "Tengo miedo, mucho miedo." Te presto los dedos. Ahora escribe tú.

Tengo miedo de seguir viviendo con el miedo que me paralizaque me deja en blanco, que me provoca ese vértigo, que me desestabiliza y creo que voy a caer de un momento a otro . Todo empieza sin previo aviso. Es algo así como la sensación de ir a 200 en un cambio de rasante. Y ya está. Ya no es como era la hora antes.

Vivir es una lenta carrera de obstáculos demasiado altos para poder saltarlos... o demasiado pesados para poder arrastrarlos y aparcarlos en la cuneta. A veces me pregunto si terminaré el día. El paso de las horas me producen heridas que se infectan. Con el tiempo sé que no existen pomadas para curarlas.

Es difícil que todo esto se entienda. No lo pido. Solo necesito respeto y, si no es posible, silencio. Aunque sea el silencio que se escucha cuando pasan esos coches largos con una caja donde reposan los difuntos"

"Basta de navegar en el olvido. Basta de bendecirnos en la lluvia. Basta de no ser nadie. Basta de convivir con la derrota.
Basta, carajo." (Mario Benedetti)

)

sábado, 8 de marzo de 2014

Declaración de principios.


Cuando empecé a gestar esta ventana, retrocedí varias veces. Hay episodios duros que no se pueden omitir y que no se entienden sin el concurso de otros. Algunos "otros" han sido fuente de sufrimiento, en sí mismo o añadido. Me preguntaba cómo podía abordar algunas secuencias de la vida sin salpicar a nadie. Solo existe una fórmula: evitar el juicio y los nombres reales. Así que me limitaré a mencionar con pronombres sin que por ello falte a la verdad.

La pregunta del millón es la razón última de este blog. Si alguien me lo hubiera planteado hace unos años, mi respuesta hubiera sido un NO rotundo. El cambio no es un afán de exhibicionismo... o victimismo. Espero no caer en esta tentación. El deterioro provocado por el transtorno bipolar, la ausencia de fuerzas, la imposibilidad de desplazarme para echar una mano en muchas de las iniciativas creadas para rehabilitar a los más desfavorecidos... ha sido el detonante. Hay mucho dolor en el callejón... muchas personas que se proyectan en espejos cóncavos y quizá nadie les ha dicho "no estás solo", "yo también me ahogo en el absurdo, también me marea el vértigo de esta noria de la que no me puedo apear". 

He imaginado muchos ojos paseándose por el Callejón de los espejos; miradas cansadas, sedientas de cariño, sin esperanza... Miradas conocidas... 

Si aterrizas aquí, quién sabe si por casualidad, y encuentras una brizna de esperanza... el esfuerzo por recordar y envolver la memoria de ternura... habrá valido la pena.








Paseando entre espejos...





Es un paso más. No es fácil entrar en el "callejón del gato" y encarar sin miedo la imagen que me devuelven los espejos deformantes. 

Son momentos de asumir y desmenuzar la bipolaridad. A falta de terapias asequibles, me decanto por las palabras. 

La palabra... Mi fiel y leal compañera de tantos pliegos guardados bajo llave. 

Un paso más, decía... para un viaje con exceso de equipaje. En cada estación querría soltar lastre... sin amargura. En cada post quisiera poder mirar con ternura lo que en su día me pareció -me parece- el máximo exponente de una existencia cíclica sufriente. 

Después de tantos años todo me parece superfluo... excepto el amor.